Rock of Ages

“Rock of Ages” podría haber sido un peliculón homenaje al rock y heavy de los 80s, en formato musical, digno de estar junto a títulos como “Casi Famosos”, “RockStar” o “El Mundo de Wayne”. Al menos, podría haber sido una película graciosa sobre el estilo y la época, al estilo de “Cero en Conducta” o “Cabezas Huecas”. Pero no llega ni a eso. Una película que tiene dos puntos a favor y más de 130 minutos en contra.

Una niñata rubia y pija a más no poder, por no decir que tonta, llega a Los Angeles para convertirse en cantante y ser una estrella. Así, porque su abuelita le dice que canta muy bien en el coro de la iglesia. Tras bajarse del autobús, le roban la maleta con todos sus discos de vinilo (eso de llevar muda limpia no se lo debía de decir su abuela), y el pringaillo de turno, currito de un antro de conciertos, ve el incidente y trata de intervenir como buen caballero andante. Como no deja de ser un pringaillo, no recupera la maleta pero hace buenas migas con la rubia. La rubia, como es tonta, se fía de él a pesar de que le acaban de demostrar que las calles de la ciudad no son un sitio seguro. En fin, que al final el chico (que casualmente también quiere ser cantante) consigue que su jefe le dé un puesto de camarera en el garito y, sin más preámbulos, ya están los dos enamorados.

Soy rubia y mazo mazo rockera, osea, jevi del infierno, ¿no se nota?

El garito, llamado Bourbon en honor a lo único que bebieron los guionistas mientras trabajaban, es uno de las salas de conciertos más importantes de Los Angeles, más heavy que una lluvia de hachas, y a pesar de su fama, sufre la presión de políticos y gentes de bien para que cierren ese antro de pecado. Dado que tampoco lleva una racha económicamente buena, el futuro pinta muy negro para el negocio musical. Su esperanza está en organizar un concierto del copón con Stacee Jaxx (Tom Cruise), una estrella que prepara su último concierto con su banda Arsenal.

¿yo tambien puedo ser jevi?

Al enterarse del concierto, la ultraconservadora Patricia Whitmore (Catherinne Zeta Jones), esposa de un senador, llama a sus seguidores más ultraconservadores para boicotear el evento, y de paso, demostrar cómo se baila con un palo en el culo. Por otra parte, una aspirante a periodista musical de la Rolling Stone, también acude al antro local, para entrevistar al egocéntrico cantante, y de paso, estar a punto de echar un casquete con él.

Vale, la caracterización de Tom Cruise mola.

Ya tenemos el batiburrillo de personajes en torno al Bourbon. La película se desarrolla saltando de un numerito musical a otro, sin mucho sentido ni hilo conductor. Los niños se enamoran, por un malentendido estúpido con Stacee Jaxx se despiertan los celos, se separan, y mientras él se alia con un manager despiadado que le convierte en un parodia de BackStreetBoy, ella tiene que terminar de striper, el cantante megafamoso cae en desgracia por una crítica especialmente dura de la periodista, el manager roba el dinero del concierto y el antro está a punto de cerrar. Que dura es la vida.

Y aquí nos demuestran lo que es bailar con un palo en el culo...

Por si quereis ahorraros dos horas de despropósito musical, os diré que el pringaillo descubre que su pasión es el rock y pasa de ser un BackStreetBoy cualquiera, la chica striper descubre que el chico no era tan malo y vuelven juntos y son felices, la estrella del rock hace las paces con la periodista y recupera su carrera, el concierto final es un éxito y el local se salva de la quiebra, y descubrimos que a la ultraconservadora se le mojan las bragas con la estrella del rock. Todo esto en una escena-numerito-musical apresurado, que nos hemos pasado de tiempo y ya hay ganas de acabar el bodrio este, que se ha acabado el bourbon. Ah! También descubrimos que el dueño del local y su mano derecha son amantes. De una manera un tanto ridícula e inconsistente, pero ¿quién soy yo para juzgar su orientación sexual?

Son tal para cual, se palpa la pasión entre ellos dos...

He dicho que la película tenía dos cosas buenas. Una es la selección musical, repleta de temas hardrockeros que harán las delicias de los amantes del género. La otra, la imagen de Tom Cruise de estrella rockera, pasada de rosca y subidita de ego. Solo su imagen, ya que el bueno de Tom sobreactua que da gusto. Y ya. El resto de la película no se salva, ni cuida la estética en general, ni homenajea al género, ni tiene una historia interesante o coherente. Más bien todo lo contrario, la estética es tirando a chusca, ridiculiza el rock de aquella época, la historia es una patata, y los actores protagonistas no acaban de encajar en sus papeles. Tom Cruise es el que mejor parado sale, pero el resto, sencillamente, no encaja, no son la imagen que se esperaba de ellos. Y en cuanto a los temas, son una gran selección de canciones, pero los cantantes/actores, a pesar de tener una buena voz, no consiguen, ninguno, darle un carácter rockero. Cantan bien, pero no transmiten personalidad y se amoldan al estilo. Total: versiones de grandes canciones que pasan sin llamar la atención ni destacar en lo más mínimo.

Yo creo que le mola porque le recuerda a Nicole Kidman...

Si al menos fuera divertida, podría posar en el estante del cinéfilo-rockero junto a "El Mundo de Wayne", o "Cabezas Huecas", en un rinconcito lo suficientemente oculto para que no destaquen y las vean las visitas a simple vista, pero lo suficientemente a mano para verlas y echarse unas risas de vez en cuando. Pero ni siquiera es divertida, ni tierna, ni amena, ni sensual, ni rockera ni ná de ná. Sirve para abrir la ventana, sacar el cd con mucho cuidado, y lanzarlo cual frisbie volador para que alguien le pegue un tiro en pleno vuelo. Tanto dinero, estrellas y buenas canciones desaprovechadas de esta manera…