lunes, 1 de octubre de 2012

El Genio del Amor (I.Q.)

Hay tardes que tan solo puedes estar tirado en el sofá y ni te planteas que película ver. La que echen en la tele. La que sea, total, seguramente te quedes dormido. Esta es la única justificación que tengo para el visionado de esta película. La verdad, el título, la musiquita introductoria y ver a Meg Ryan en el reparto debería haberme servido de advertencia. Pero desoyendo esa vocecita interior que me gritaba recordándome que a mí no me gustan las comedías romanticas, y aferrándome a la pereza de cambiar de canal, terminé viendo “El Genio del Amor”.


El genio en cuestión no es otro más que Albert Einstein, interpretado por Walter Matthau con una caracterización de pelos desperdigados tras una sacudida eléctrica. Solamente le falta estar toda la película sacando la lengua imitando la famosa foto del físico. Su sobrina Catherine (Meg Ryan) es una prometedora científica, prometida con James, un cretino profesor inglés de psicología experimental (Stephen Fry). La casualidad quiere que el coche de la pareja se averíe cerca del taller de Ed (Tim Robbins), el cual se enamora perdidamente de la rubia. A partir de ese momento, Einstein y amigos trataran de hacer pasar a Ed por un genio de la física para que la joven se fije en él, mientras deben convencer a la chica de que no todo en la vida es intelecto y que siga la pasión de su corazón.

A estas alturas de tu carrera...


Como veis tiene todos los elementos típicos y tópicos de una comedia romántica (lo que a mi criterio, le hace valida de estar en esta web). A esto sumamos la presencia de científicos reconocidos, frases y citas de los mismos metidas con calzador en el guión, varias licencias históricas y una metamorfosis patética e inverosímil de mujer intelectual fría y racional a loca enamorada pasional, y tenemos un bodrio empalagoso y edulcorado de hora y media.

Un consejo, niña: no te cardes el pelo como yo.
Lo cierto es que no se sabe que actor está más forzado. Walter Matthau tiene cara de circunstancias toda la película, debía de estar pensando en las cosas que tenía que hacer a estas alturas de su carrera, porque es evidente que ni se cree el papel ni sabe por donde cogerlo. Con esos pelos, yo tampoco sabría. Tim Robbins, quien se merece cierto respeto por mi parte, es otro que no se acaba de decidir, parece intentarlo pero se queda con cara de panfilo. Stephen Fry logra, a base de exagerar su interpretación, darle un poco de sal al asunto, y aunque el papel de pijo estirado y sieso le sienta bien, lo cierto es que su parte de guión es tan ridícula que es difícil llevarlo a buen término. Y Meg Ryan es Meg Ryan. Su papel es particularmente soso, su metamorfosis ridícula y por lo demás, no hace nada a lo que no nos tenga aconstumbrados.

Como si tal cosa... con esos pelos por la calle. Putos hippies...
Aderezado con multitud de cachés, completan el equipo el grupo de científicos jubilados amiguitos de Einstein, para imaginároslo, solo tenéis que pensar en el grupo de jubilados apoyados en la valla de la obra comentando lo mal que se hacen las cosas, cambiando la valla de la obra por una pizarra y el tema de conversación por teorías físicas simplificadas hasta el ridículo para que el espectador pueda entenderlas. Este grupito alcanza su culmen cuando dibujan en una pizarra un modelo teórico, imitando el concepto de átomo con electrones en su órbita, representando a Ed, Catherine y James y las fuerzas de interacción entre ellos. No contentos con estos cameos (alguno anacrónico, ya que Louis Bamberger murió años antes de la época de la película), termina apareciendo el presidente Eisenhower, más metido con calzador todavía, para la escena final. 
Atentos a la trayectória atómica en forma de corazón...
Total, personajes ridículos, desarrollo tonto, hacen pasar a Ed por un genio, escenas de confusión y equívocos supuestamente divertidos, y al final Ed y Catherine se enamoran, se besan y todos contentos. Menos James, claro, pero es un inglés sieso, que se joda. El sentido del ridículo de todo el equipo se fue de vacaciones ese año, porque hasta la música de Jerry Goldsmith es anodina, tontuna y simplona.

Einsteins despues de ver la película
Seguid mi consejo: no veáis comedias románticas de fin de semana a mediodía…

3 comentarios:

  1. Esta no la he visto, menos mal...
    Es que el sofá es muy traicionero y nos tragamos cualquier cosa...

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  2. crítica ridícula. Quieres exactitud histórica y científica, lee a Einstein. La finalidad de esta película es entretener, no documentar.

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  3. Creo q esta pelicula esta para ver , no es una obra maestra pero tampoco es tan mala

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