viernes, 28 de febrero de 2014

Ninja


Un cúmulo de circunstancias me han traído a este infumable. La emitían en la tele un día en que no tenía nada mejor que ver (bueno, evidentemente, sí había cosas mejores que hacer, pero me coincidía que estaba libre para verla), estaba solo (no tenía que torturar a la parienta con este tostón) y sabía, con solo ver el título, que era un infumable. Así que me sacrifiqué por vosotros, puse en peligro mis retinas y me dispuse al visionado de esta cinta de asesinos orientales. Me debéis una, ya os pasaré la factura del psiquiatra. O mejor, me pasáis el dinero y ya decido yo como gastarlo…




En esta escena debí abandonar el visionado...
“Ninja” comienza con una introducción poco inspirada y con falta de rigor histórico en el que nos cuentan lo guays que son los ninjas milenarios. De peligrosa secta asesina se convierten en un santuario new-age de equilibrio emocional y físico con respeto por las tradiciones ancestrales. Así que nos enseñan una bucólica muestra escenas que solo podían ser más bucólica si apareciera un caballito pony, pero el presupuesto no daba para tanto. Escenas de “japos” poniendo poses y dándose leña en entrenamientos bajo la atenta mirada del profe viejuno. Un japo con shais que se defiende de otro con un bo, una chiquilla guapa repartiendo estopa a base de patadas, otro poniendo poses raras pero mega-equilibradas, un americano cargado de esteroides en pose de… ¿Qué? ¡Espera! ¿Un americano? Bueno, no sabemos si es americano, pero japonés se le ve que no es, y dado el origen de la película, dudo que sea de Cuenca. Pues sí, en el santuario místico ninjoide hay entrenando un americano como uno más. Abandonado por su familia de pequeño, los ninjas le acogieron y le entrenaron. No voy a entrar en valoraciones sobre el tema, pero me resulta cuanto menos poco creíble. Pero había que meter a un americano en el templo, al que solo le falta cobrar entrada para los turistas.

Entreno con ninjas-guays-new-age
 El caso es que el americano (a partir de ahora, Americano) tiene una tensión sexual no resulta con la chiquilla japo guapa (a partir de ahora, Japo-Guapa), pero nada esmerado, no os creáis, solo algo del tipo:

-    Uy, nos hemos quedados solos
-    Uy, que nos hemos quedado muy cerquita uno del otro
-    Uy, que casi te planto un beso (movimiento inicial de cabeza hacía delante de dos centímetros)
-    Uy, que no, que nos interrumpen…
-    Uy

Suficiente. De todos los alumnos de la escuela, Masazuka (a partir de ahora, Japo-Chungo) es el mejor preparado y el más fuerte. Casualmente, le tiene tirria al americano y no deja de provocarle constantemente. ¿Por qué? Que importa ¿Por qué solo él, y no el resto de la escuela, le tiene tirria al americano? Quién sabe. Dudo que sea por su carisma. Para entrenarles y dar ejemplo al resto, el japo-viejuno les ordena pelear. Japo-Chungo pierde los estribos y le pega una paliza al americano de aupa, hasta el punto de sacar un arma real e intentar matarle a pesar de las amenazas de su maestro. Reducido por sus compañeros, Japo-Chungo es expulsado del templo, con juramentos de venganza y tal. Así, el americano llega a ser el sucesor del maestro en el templo. Ole, el respeto a las tradiciones.

Duelo interpretativo...
Cambiamos de plano. Nueva York. Algún tiempo después (¿años? ¿meses? ¿cuatro horas? Quien sabe…) Un local decorado como alguno de los antros a los que iba cuando tenía 19 años, pero en plan más cutre. Una secta de aspecto chungo. Podría ser satánicos, adoradores de Cthulhu o fans de Justin Bieber, no queda claro, pero tienen a un grupo de fanáticos a sus ordenes y quieren el poder mundial. Ah! Y tienen a su servicio a un ninja. ¿Adivináis a quien? Pues como es un ninja como Dios manda, lleva el careto tapado y no se sabe quién es, pero resulta evidente que es el Japo-Chungo.
Japo-Chungo, si es que con ese careto es dificil que te llamen de otra manera.

Volvemos a cambiar de plano. Americano y su tensión sexual no resulta están de gira por Estados Unidos, y se llevan con ellos la caja ancestral de los ninjas, con muchos antiguallas del templo new-age ninjoide. Les acompañan dos futuros cadáveres. Es importante porque no están en el templo, donde Japo-Chungo reaparece vestido de ninja. Es curioso que él solito se cargue a los mismos que le redujeron unas escenas antes, así, él solo contra todos a la vez. Se carga a todos y al profe viejuno buscando la caja ancestral, y como no la encuentra se rebota bastante.

Técnica ninja de distracion en persecuciones: correr sin sujetador.
De pronto, así porque si,  les atacan los secuaces de la secta, empezando lo que viene a ser la seña de identidad de la peli: peleas espectaculares. No son espectaculares solo por repartir ostias como panes y realizar saltos imposibles. Espectacular es que un asesino profesional falle seis disparos a menos de un metro de su objetivo. Espectacular es que no quede claro si la Japo-Guapa es una luchadora de aupa o una niñita desvalida. Espectacular es la reacción de la policía. Todo esto rodado con una curiosa aproximación la técnica de usar la cámara lenta alternada con imagen acelerada. Algo así como si le hubieran explicado al director como son las escenas de acción de la película “300”, pero el director no la hubiera visto.

Porque tras la matanza, Americano y Japo-Guapa huyen, dejando los cadáveres de los sectarios y sus compañeros. La policía llega a una clara conclusión: los culpables son Americano y Japo-Guapa. Los sectarios pintan bastos en todo esto. Tenemos persecuciones chungas y más peleas espectaculares: es espectacular que lleguen cuatro coches disparando a discreción y matando a unos cuantos peatones, para luego bajar del coche diciendo “no les disparéis” y empezar a pegarse puñetazos. Espectacular los sectarios, chungos chungos de verdad, yo a alguno de esos los he visto en Pan Bendito paseando y todo. Pero Americano y Japo-Guapa reparten leña y huyen y huyen hasta que les pilla la policía. O se dejan pillar. No queda claro, pero si dos minutos antes no querían entregarse porque son los principales sospechosos, y se han escaqueado de los matones chungos sectarios armados hasta los dientes, no me explico porque ahora se entregan cuando cuatro policías les apuntan con armas. ¡Oh! Perdonad, estaba buscando coherencia al guión…

Pon un ninja en tu vida...
Aquí llega mi escena preferida. Quiero verlo como un homenaje a Terminator y a Batman, todos juntos, aderezados con ninjas, por supuesto. El ninja Japo-Chungo ataca la comisaria donde están los protas, desconecta la luz y los persigue matando a quien se cruce en su camino. Esconder los cadáveres para que no sospechen que estás ahí es de pringados, Japo-Chungo los deja en mitad del pasillo para que todo el mundo tropiece con ellos. Americano, no os lo perdáis, consigue, estando esposado a una mesa firmemente atornillada al suelo, soltarse mediante el ingenioso método de “tirar pa’rriba”, hasta que revienta los tornillos del suelo. Tras una persecución, terminamos con pelea en el tejado y huida apresurada, Japo-Chungo secuestra a Japo-Guapa y se saca una capa voladora a lo Batman Begins, y Americano, saltando por la cornisa.

Tras una extensa labor de investigación (durante la cual los guionistas debían estar viendo porno por Internet), Americano localiza la sede de la secta y establece el plan de aproximación normal en estos casos: entrar repartiendo cera. Todo para localizar a Japo-Chungo y retarle al duelo final.

Mirale como salta el churrunbel...
Como en este punto se ve que el director pensaba que la película era corta (al contrario que el resto de los mortales), la secta manda a sus sectarios a matar a Japo-Chungo y Americano, para añadir un poco más de jaleo al tema. La policía, ante tanta violencia desatada, manda un helicóptero para hacer acto de presencia, a una distancia prudencial. Tan prudencial, que misteriosamente desaparece cuando tiene lugar el duelo final. Duelo final, todo sea dicho, que se resuelve de la manera más casposa que podáis imaginar (no había presupuesto para más coreografías). La película termina con un “Deux Ex Machina” más cutre todavía para salvar a la Japo-Guapa, y un par de imágenes bucólicas del templo new-age a salvo y de nuevo en equilibrio bajo el mandato del Americano. Chupaos esa, japos tradicionalistas.

Gran idea del director: pon a dos tios vestidos de negro con la cara tapada
a luchar en un callejón oscuro para el duelo final.
Y es que la película es lo que es. Peleas coreografiadas, a mayor gloria de un protagonista desconocido que, hay que decirlo, sabe saltar. Actuar lo mínimo, pero saltar sabe saltar. El resto de la película está abandonado, ni se han cuidado los efectos de cámara, ni mucho menos el guión. La policía es prescindible, no hay labor investigadora. El cuidado y mimo con el que se podría haber tratado las tradiciones milenarias se las pasan por el forro, necesitamos una excusa para soltar estopa y artes marciales. Ni siquiera una historieta de amor curiosa. Sí, hay un chico y una chica, casi se besan y ya está, ya hemos elaborado una historia de amor. Que para una noche de discoteca no digo que este mal, pero estamos hablando del amor de su vida y tal. Un poquito de por favor….

2 comentarios:

  1. El caso es que me suena haberla visto, pero mi instinto de autoprotección me hizo olvidarla (como tendria que haber hecho en otros muchoooooossssss casos). Ni recordaba haberla empezado a verla. Ahora la caja de pandora de mis peliculas olvidadas se ha abierto y tengo dolor de cabeza y ganas de poner un ninja en mi vida.....

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  2. El es Scoot adkins un nuevo actor de cine de acción y el preferido para haber sido Batman en vez de Ben Affleck. Comentarte que esta pelicula fue la version no de major de otra que saco Warner titulada Ninja Assasin. Como se que no te ha gustado comentarte que han rodado segunda parte con el mismo protagonista asi que como dice el chiste yo tengo un golf gti y yo un BMW jodete!

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