jueves, 5 de enero de 2012

Luna Nueva - La Saga Crepúsculo II

No podíamos dejar pasar la oportunidad en este nuestro blog de comentar la saga Crepúsculo (las películas, no los libros, que no he leído y por lo tanto no criticaré), a pesar de arriesgarnos a convertirnos en blanco de la ira de multitud de muchachitas (y no tan muchachitas). En mi opinión, hablamos de Infumabilidad a gran escala comercial, orientado a adolescentes con escaso gusto y sentido común. Y no hablo por hablar, ya que habiendo visto las dos primeras partes de la saga cinematográfica,  me propongo discernir sobre “Luna Nueva”, la segunda parte. Dudo que me puedan engañar para ver alguna más.


¿Y por qué no empezar por el principio, con “Crepúsculo”? No es porque me haya gustado, desde luego, pero puedo reconocerle cierto pase a la primera entrega de la saga. Sin ser demasiado original, y excesivamente adolescente para mi gusto, cuenta una historia de amor sobrenatural que, si te gustan esas cosas, puede colar, a pesar de que no la considero una buena película ni de estar demasiado acertada en algunas cosas. Pero “Luna Nueva” no, no tiene un pase, no tiene nada elogiable, hasta el punto de que parece una parodia de sí misma.



El vampiro eternamente adolescente Edward Cullen (no hagas chistes, no hagas chistes, no hagas chistes….) desaparece repentinamente dejando a su novieta humana, Bella Swan, sola y desconsolada, expuesta a cualquier desaprensivo que quiera aprovechar la ocasión. Las manifestaciones de depresión adolescente que demuestra la chica es de lo más triste que hemos visto en el cine, no porque realmente dé pena y transmita esa sensación de melancolía, sino por lo patético que resulta ver a esta chica con cara de palo, mirando por la ventana el cielo gris con ojito de cordero degollado. Mientras tanto, Jacob Black, el tercero en discordia, empieza su metamorfosis en hombre lobo al tiempo que intenta beneficiarse a la jovencita desvalida.

Si ya sabemos como va a terminar, ¿para qué tanta infumabilidad?
Bastante lenta en su desarrollo y vacía de contenido, a pesar de pretender tener un gran calaje emocional, la película se desarrolla sin pena ni gloria para lucimiento de sus actores masculinos. Porque seamos serios: lo único que nos ofrece esta película son las dos escenas de torsos desnudos que nos regalan, gratuitamente y sin sentido, el vampiro y el hombre lobo, para regocijo de las niñitas con hormonas revolucionadas. A cual más ridículo, por cierto, ya que Jacob, parodiando aquel anuncio en el que una chica se quitaba la blusa para ofrecérsela como pañuelo a una amiga llorosa (y de paso, lucir tipazo ante el beneplácito del público masculino), se quita la camiseta (ya ceñida de por sí) para cubrir una herida de Bella, y de paso, mostrar musculitos. En cuanto a Cullen (que tentación de hacer chistes fáciles…), su aparición final con un pantalón ridículamente caído solo puede calificarse de risible. En cuanto a la parte femenina, asume y se recrea en su papel de débil desvalida que precisa la protección de su macho alfa (imaginaos todas las críticas feministas que pudo recibir la película por este enfoque).

Toda la película para ver al vampiro de purpurina quitarse la camiseta.
¿Es o no es ridículo llevar el pantalón tan bajo?

El guión no mejora mucho la cosa. Tras minutos largos de metraje en los que básicamente no pasa nada, un intento de introducir algo de acción con los hombres lobo enfrentándose a un vampiro errante, llega una ridícula escena en la que, inexplicablemente, estamos en Italia y nuestra joven e insensata protagonista se planta allí para impedir que su novio haga una estupidez. Sí, como lo oís, de un rincón perdido de EE.UU. a Italia en apenas unos minutos, y los guionistas ni se inmutan, oye.

Testosterona a tutiplen. Y no, no es 300, es Crepúsculo.
 Visualmente, la cosa tampoco es nada del otro mundo. Volviendo a los vampiros con purpurina, que parecen más un gusiluz que un vampiro, los efectos especiales no destacan especialmente, ni siquiera la hiper-computerizada transformación de Jacob en lobo, y la fotografía gris y monótona acentúa el aburrimiento y lentitud del guión.

La transformación de Jacob pretende ser la escena más espectacular de la cinta.
Con menos presupuesto y años de diferencia, la transformación de "Hombre lobo americano en Londres" le da mil vueltas.

Por lo que se ve, la película apenas sirve de excusa para dar paso a los acontecimientos que transcurren en la siguiente entrega, pero no puedo entrar en detalles ya que con “Luna Nueva” abandoné todo esfuerzo por ver la saga “Crepúsculo” y entender el secreto de su éxito. Visto lo visto, dudo que me pierda gran cosa.

1 comentario:

  1. Querido Elderane, tu crítica ha sido benevolente, yo les habría despellejado, un vampiro que para ser guay sólo chupa sangre de pobres animalitos tan sólo (ay!!! estos yankis) su vida supernormal en un instituto medio norteamericano, ninguna escena de sexo para ser políticamente correctos, rollo soy diferente y me molo mucho a mi mismo, esa protagonista absolutamente incapaza de trasmitir nada y pasarse todo el rodaje colocándose el mechón de pelo en la oreja (no sé cómo el director no le cortó una puñetera mano a la estúpida), la lista de Infumabilidad es onterminable... Exito de Ventas ¿cabe hacerse alguna pregunta?
    criticaslocas

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