Giro Inesperado

Un título en español que aunque tiene poco que ver con su original en inglés ("Twisted"), viene muy bien para esta película, cuyo giro al final de la misma para resolver la historia es tan inesperado como sin sentido. La trama nos narra la espiral de autodestrucción de Jessica Sheppard (Ashley Judd), una detective de la policía, envuelta en la investigación de unos asesinatos de los que ella es la principal sospechosa. Una trama policial en la que interviene John Mills (Samuel L. Jackson) como mentor de Jessica y Mike Delmarco (Andy Garcia) como su compañero, además de enamorarse de ella.




La película pretende ahondar en la psicología y el pasado traumático de Jessica, con una investigación complicada en la que todas las víctimas han tenido relaciones sexuales esporádicas y aisladas con la protagonista (el único nexo de unión entre las víctimas), lo que la convierte en la principal sospechosa. Ahí empieza el desvarío de la película. [Atención Zona Spoilers] Jessica se refugia en su copa de vino nocturno para evadirse del mundanal ruido, y siempre tras tomársela cae rendida, sin sentido, sin recordar nada, y con un crimen nuevo a sus espaldas. A partir del tercer crimen ya debería resultar obvia para cualquier investigador la relación entre el vino y los crímenes, como lo es para el público, pero ninguno de los detectives de la película cae en la cuenta. Andy Garcia demuestra que su personaje, como detective, tiene el mismo valor que una patata, ya que aunque todas las pistas apuntan a Jessica, él se empeña en que no. Y cuando llega el “giro inesperado” de la película, en el que Samuel L. Jackson se desvela como el culpable, aplica un razonamiento absurdo para justificarse ¿Si tanto le preocupa la carrera de Jessica, por que la convierte en la principal sospechosa de los crímenes? [Zona Spoilers End]

Samuel L. Jackson intentando hacer de Morgan Freeman, en un papel totalmente anodino.

El suspense de la cinta, consistente en no contarte prácticamente nada de los crímenes ni del culpable, se desvanece sustituido por un aburrimiento somero, monótono tanto en la investigación como el punto de vista emocional. Fácilmente olvidable, verla supone una perdida de tiempo. No hace vomitar de lo mala que es, pero aburre soberanamente, lo que la convierte en candidata ideal para las películas del fin de semana al mediodía, a la hora de la siesta.

Ashley Judd es guapa y no es mala actriz, pero debería dedicar más tiempo a seleccionar bien sus papeles