En 1995, alguien pensó que era una buena idea hacer una película sobre un videojuego con multitud de seguidores. Las diferencias evidentes entre un videojuego de la época y el ritmo narrativo, fotografía y estructura de cualquier película no parecía ser inconveniente para los productores. Y de esta manera surgió el bodrio de tamaño folio que es Mortal Kombat.
El hecho de que para todos los mozalbetes de la época el argumento de Mortal Kombat nos la traía floja y que solamente veíamos un juego de dar ostias como panes no fue impedimento para crear un guión. En él, un torneo entre los mejores guerreros de la Tierra y los del mundo exterior decidirá el futuro de la Tierra. Si el mundo exterior gana diez veces seguidas el torneo, invadirán la Tierra y será el fin de todo. Una vez dispuestos quienes son los malos malísimos y sus intenciones de conquistar la Tierra, nos presentan a los bueno buenísimos. Rayden, Dios benévolo interpretado (por usar algún termino) por Christopher Lambert, recluta a tres mortales para participar en el torneo: un joven luchador Shaolin en busca de venganza, un actor de pelis de acción que va de sobrado y una policía en busca de un terrorista. Así que tenemos a dos buenos que no tienen ni zorra de artes marciales y a uno que sí, pero que va cegado por el ansia de venganza, contra guerreros místicos expertos en artes marciales y con trucos de magia en la manga.
A partir de ahí, todo gira en torno a las peleas. Ni giros de guión, ni sorpresas, ni diálogos interesantes. Los buenos ganan, los malos reciben. Ni siquiera los comentarios graciosos en mitad de la pelea son graciosos ni ocurrentes. La profundidad del personaje del actor de acción se reduce a intentar ligarse a la poli. Intentan introducir los famosos “fatalities” del videojuego, que no son más que muertes violentas, sangrientas y algo gores en general, y que queda en algo simplón, sin sangre y risible, sobre todo cuando el malo de turno comenta “Es la fatalidad”. Los efectos especiales, que ya en la época se notaban de bajo presupuesto, han envejecido bastante mal, y cartón piedra de los escenarios cantea bastante. Y el escenario que no es de cartón piedra, está tan fuera de lugar como el templo de Prambarán (Indonesia), reconvertido sin ningún añadido ni pudor en el templo de la luz Shaolin.
No hay por donde cogerla. Christopher Lambert no se cree su papel ni el mismo. Del resto ni hablamos. Supongo que si vivías en esa época, tenías 10 años y habías jugado al videojuego, podías encontrarle atractivo. Inexplicablemente, Paul W. S. Anderson ha seguido haciendo películas (algunas de la altura de “Resident Evil” o “DOA: Dead Or Alive”… sin comentarios), y existe una segunda parte (Mortal Kombat II: Aniquilación) y están rodando una tercera (o quizá un remake) para un futuro próximo.
En definitiva, un autentico “Fatality” para el cine de acción.
Querido Elderane, cuánta razón tienes. Yo perdí unos minutos preciosos de mi vida para verla. Incluso la retransmiten en la tele alguna que otra vez...En fin, sobran las palabras.
ResponderEliminarcriticaslocas
Entiendo que no es una buena película pero creo que aún así es la mejor película que se ha hecho sobre un videojuego. Muy videoclipera y con estética de videojuego (faltaría mas) es de los mas entretenida. Eso si, ver a Lambert produce nauseas. Y como aderezo la banda sonora es cojonuda con Fear Factory, Napalm Death, Sepultura...
ResponderEliminarpor cierto, buena página.
Bueno, la mejor, la mejor...
ResponderEliminarYo me quedo con "Doom" que me gusto bastante y por supuesto con "El principe de Persia" que esta muy lograda.
Y luego estan las de dibujos animados, claro que hay muchas buenas, como "Dead Space" o "Halo legends".