Octane (Rescate Infernal)

Cuando vi esta película, reconozco que estaba buscando otra, llamada “Pulse”, que casualmente se llama igual que esta en EE.UU., pero a esta la cambiaron el nombre en algunos países a “Octane” para evitar equívocos, provocando otros equívocos como el que os estoy narrando. En última instancia, el equívoco es la película en sí. Solo para haceros una idea, en España le añadieron la coletilla al título de “Rescate Infernal”.

Haceros una la idea del concepto de
secta vampírica que tiene el director.

La película trata sobre una madre recién divorciada y su hija adolescente, viajando por esas carreteras kilométricas de EE.UU., que paran en una estación de servicio llena de gente rara (bizarra, más bien), discuten (como todo padre con su hijo adolescente) y la chica desaparece. Mi benevolente cerebro ha olvidado parte de la trama y el desarrollo de la película, pero aún recuerdo entre nebulosas escenas de un grupo de psicópatas que viajan por la carretera atrayendo a las jóvenes adolescentes que recientemente han discutido con su madre recién divorciada y se han escapado, usando para ello un camión disfrazado de discoteca móvil psicodélica. Todo esto aderezado con una policía negra que ayuda a la madre y que resulta ser de los malos, erotismo y provocación baratos, personajes a cual más bizarro y que no vienen a cuento (como ese conductor de la grúa coleccionista de fotos de accidentes) y una especie de secta de por medio.

 

Este es el interior del camión en el que viajan los malos, a medio camino entre una discoteca psicodélica y un laboratorio ilegal.

Entre una fotografía un tanto peculiar y oscura, una trama un tanto incoherente, el intento de retratar al grupo de psicópatas como algo decadente, oscuro, macabro y magnético y un ritmo aburrido para ser un thriller, la película es un bodrio de aquí te espero. Con personajes esperpénticos, casi hilarantes, apenas encuentras un atisbo de interés en la película.

Los personajes son para encerrarles a todos.