Esta es una entrada infumable un tanto peculiar. No es por la película, que aunque tenga trazas de infumabilidad reconozco que tiene la posibilidad de debate y puntos en su defensa, sino por Sergi Lopez. Un autor que usualmente reconocería como bueno, con cosas interesantes en su haber, logra, él solito, cargarse la película.
Dejando al margen que “Mapa de los Sonidos de Tokyo” sea lenta, poco interesante, un plagio mal encubierto de “El Último Tango en París” y que haga se esfuerce más bien poco en mostrarnos el contraste entre la cultura japonesa y la occidental, y mucho menos en mostrarnos los sonidos de la ciudad, entiendo y respeto que la película sea defendible por gafapastas culturetas. Pero la actuación de Sergi Lopez, no. No sé muy bien como lo logra o que le pasa en esta película, pero consigue parecer un actor amateur de corto sin presupuesto. Soso, inexpresivo, aburrido. Recita las palabras sin actuar, con una dureza tal que parece que en vez de hablar las está esculpiendo en piedra. Pero lo peor es que se supone que debe transmitir emociones muy intensas. Ha perdido recientemente a su novia, esta desolado y se refugia en el sexo con una desconocida, a la que engatusa hablando de la sensualidad de un vino. Supongo que eso debería hacerle sensual, misterioso y atractivo a él, pero tras verle resulta tan erótico como un papel de lija.
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Vamos, nena, al matadero... |