Hay películas que guardamos con cariño por formar parte de nuestra infancia. Si además contienen a un ser tran entrañable como Gizmo, la cosa gana muchos puntos. Con los Gremlins teníamos una película muy de su época (eran los ochenta), pero muy divertida, gamberra, con un osito de peluche achuchable y una cantidad de némesis enemigos tan repulsivos como carismáticos y molones. Y con esa premisa, alguien pretendió tirar de la palanca de generar dinero y, no contento con vender los peluches de la primera entrega, decidió lanzar una segunda parte. El horror ha comenzado…
La historia se sitúa en Nueva York, unos pocos años después de los sucesos acontecidos en la primera parte. Billy trabaja en la empresa Clamp Enterprises, una megacorporación que, aparentemente, se dedica a todo. Todo es todo, desde comunicaciones, negocios inmobiliarios, canales de televisión, a experimentos genéticos. Por su parte, Gizmo vive tan tranquilo en la tienda del chino raro, al igual que en la primera parte, pero esta vez, su dueño muere, la tienda es demolida y el peluche de la película es llevado a los laboratorios de Clamp Enterprises, donde el científico jefe al mando (nada menos que Christopher Lee sobreactuando) amenaza con diseccionarlo. La casualidad hace que Billy y Gizmo se reencuentren en el edificio, un rascacielos ultramegamoderno con automatismos para todo que nunca funcionan. Billy intenta rescatar a Gizmo, pero un accidente hace que este se moje, con las ya conocidas consecuencias. Los nuevos Grenlims consiguen transformarse y multiplicarse, invadiendo el edificio y haciendo uso de los experimentos del laboratorio, que principalmente consisten en líquidos que producen alteraciones genéticas. Así, tenemos todo un abanico de Gremlins con aspecto arácnido, con alas, femeninos con el lívido disparado, un Gremlin eléctrico… hasta uno inteligente, capaz de hablar, con la poderosa y grave voz de Constantino Romero (Tony Randall, en el original).
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Y esto, amigos mios, es una Gremlin sexy... |
La película es un despropósito anárquico y sin sentido. La presentación del edificio inteligente, super automático, nos hace pensar que algo no funcionaba bien en el riego del guionista. Todo es demasiado ridículo, demasiado parodia de sí mismo. Los Gremlins mutantes vienen a ser a cual más ridículo, y todo el humor que podían tener en la primera parte con las distintas personalidades y cualidades de cada uno, se difumina en lo que solo puede ser resultado de una fumada de escándalo. Pretender ser divertido simplemente autocriticandose es más dificil que, simplemente, hacer aparecer a un personaje diciendo que unos bichitos haciendo gamberradas en una película no es divertido ni interesante. Por si fuera poco, el adorable Gizmo, a mitad de la película, decide ponerse en plan Rambo, con cinta de pelo en la frente y un arco, para hacer frente a sus congéneres reptiloides, lo cual solo puede ser considerado ridículo.
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Si te lo planteas como un homenaje, lo mismo... no, sigue sin tener gracia. |
Para aumentar el ridículo de la película, tenemos al señor Daniel Clamp, propietario de la empresa, un director que no hace nada más en sonreir y ganar dinero, pero que no se entera de nada de lo que pasa en su empresa. Parodia de todo empresario-joven-triunfador-sonrisa-profident en su máximo esplendor, eso sí, en versión humor absurdo. Un personaje sobreactuado tan absurdo en sus interpretaciones como poco original en sus frases y chistes. Aunque si de interpretaciones sobreactuadas tenemos que hablar, hay tenemos al ya nombrado Christopher Lee, haciendo de científico loco, en un papel un poco insufrible.
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Soy Christopher Lee y estoy cogiendo un peluche sin sobreactuar. |
Pero si de humor absurdo y escenas ridículas estamos hablando, la que se lleva la palma es el cameo estelar de Hulk Hogan, haciendo de sí mismo. Impagable, ese concepto de “meta-película” que casi roza el cine de autor con una interpretación tan personal y pronfunda. Oopps, se me olvido quitar el modo sarcasmo…
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Cine de autor, sí señor... |
Podríamos pensar que los efectos especiales mejoraron respecto a la primera entrega, dado que habían pasado unos cuantos años y el presupuesto de la película triplicaba a la primera parte. Craso error. Las marionetas y muñecos seguían siendo las mismas marionetas y muñecos, lo cual no aporta nada nuevo, pero al intentar mover más a Gizmo haciéndole bailar le resta “adorabilidad”. En la primera parte sabían lidiar con las carencias de un muñeco, insinuando más que mostrando, pero en esta intentan ir más allá de lo que pueden, como diría un amigo mío, no hay que intentar mear fuera del tiesto. La única escena de exterior, en la que un Gremlin alado consigue salir a la calle y atacar a un peatón, es de un croma un tanto penoso, tanto como la actitud de la gente en la calle que ve a un bicho repulsivo y volador atacar a una persona y siguen andando como si nada.
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Al menos Gizmo sigue siendo achuchable... |
Anarquía cinematográfica sobre un guión mal escrito y bichos raros e irreverentes. Ni comedia ni terror, que mezclaba magníficamente la primera parte. Mucho humor absurdo, parodias absurdas, resoluciones absurdas y mucho absurdo en general. Será que no me gusta demasiado el humor absurdo. En todo caso, no os castiguéis con esta secuela, quedaros con la original que, a pesar de ser muy de los ochenta (con todo lo que eso conlleva) es mucho más entrañable, divertida y mantiene mejor que el suspense que esta sátira.
Pues a mí me gustó Gremlins 2 (aunque por supuesto la primera mucho más), me parece uan de las más majas de Joe Dante de los ochenta. Aunque tienes razón en la crítica, y la peli tiene un argumento muy tonto y es una sucesión de gags más o menos divertidos y frikis uno tras otro.
ResponderEliminarTuve la oportunidad de revisarla en otro día y no se me cayó tanto a los pies como otras pelis de mi infancia. Me gustó que sale Christopher Lee por ejemplo, no me acordaba.
Me gusta el blog que tienes, me pasaré más a comentar. Ya me he hecho seguidor. Si te gusta el cine pásate por los míos a ver que te parecen.
Saludos infumables
he de reconocerte que no es de lo peorcito que he visto y que podría haber sido mucho, pero que mucho peor, pero hace poco pude verla (es curioso, pero la segunda parte no la había visto hasta ahora) y, sinceramente, solo pensaba en subirla al blog. A quien le guste el absurdo y el humor gamberro, la película le parecerá divertida, pero a mi me pareció un poco patochada... como siempre, son opiniones subjetivas, tan discutibles como respetables.
EliminarMuchas gracias por leernos y comentarnos!!!
Hola a todos, me habíia olvidado por completo de esta película.
ResponderEliminarAl leer tu crítica me ha saltado un recuerdo a la mente...¡Yo hice un cola enorme para lograr verla en el cine!
Me había encantado la primera parte y al ser tan joven, todavía no sabía que "segunadas partes nunca fueron buenas".
Aunque Gizmo creo que un personaje muy logrado, entrañable, a mi me recordó en su día a las marionetas de "Cristal Oscuro"...